"Ser colombiano es un acto de fe" fue la sensación que se llevó en su alma Jorge Luis Borges después de unos pocos días y unas pocas horas de visitar nuestro país; así lo dejó plasmado en su cuento Ulrika.
El origen
"Ser colombiano es un acto de fe" fue la sensación que se llevó en su alma Jorge Luis Borges después de unos pocos días y unas pocas horas de visitar nuestro país; así lo dejó plasmado en su cuento Ulrika.
"Ser colombiano es un acto de fe" fue la sensación que se llevó en su alma Jorge Luis Borges después de unos pocos días y unas pocas horas de visitar nuestro país; así lo dejó plasmado en su cuento Ulrika.
La sensibilidad de Borges abriga a muchos colombianos que desde diferentes orillas generacionales compartimos este espacio y tiempo que es la Colombia de esta segunda década del siglo XXI; espacio-tiempo en el que buscamos existir y ser en medio de las incertidumbres y la vorágine de acontecimientos que ciertamente no le dan cabida al aburrimiento.
Miguel de Unamuno tuvo a bien definir fe en su libro El Sentimiento Trágico de la Vida de la siguiente manera: "Fe no es creer en lo que no se ve, fe es CREAR lo que no se ve".
La fe en Colombia es una convocatoria permanente al acto creativo.
La experiencia de ser colombiano, de existir en Colombia, genera diversos contextos para crear prácticas sociales, económicas, políticas, ambientales y culturales en no pocos casos, inéditas, genuinas, originales.
La creatividad para los colombianos es condición para su sobrevivencia, su bien estar, su buen vivir, su salud social..
En ese periplo de ser colombiano, las trazas de dolor coexisten con la esperanza; la necesaria denuncia a tan diversos males reclaman al mismo tiempo anuncios inspiradores; no estamos exentos de las tentaciones populistas que proponen soluciones simplistas y mesiánicas, pero en medio ello, una profunda calr8dad tiene todo colombiano en su más íntimo fuero y es que su proyecto vital exige seguir trabajando arduamente para mejorar los entornos privados y públicos que nos habiliten para una vida digna en comunidad.
El colombiano, en medio de sus confusiones y claridades tiene sed de bien común; aunque se sienta viviendo en un laberinto de valores y asido a unas torres de babel de palabras e ideas que ya han perdido sentido y significado, el colombiano anda buscando una nueva narrativa, un nuevo relato que comunicar y para actuar en consecuencia.
Doscientos largos años de vida republicana nos han permitido, a pesar de los dolores de parto, acumular un patrimonio de instituciones y prácticas, un acervo de logros, que necesitamos CELEBRAR para seguir avanzando en el.ineludble propósito de ser una comunidad económica, política, social y ambientalemte competente.
Celebrar y valorar lo que hemos alcanzado, en diversos frentes de nuestra vida común, es una forma creativa y subversiva de re crear en clave de pasado y presente, y de potenciar, en el horizonte de futuro, lo que podemos lograr como nación, como país, como comunidad de destino.
No empezamos de cero, las generaciones que hoy somos coetáneas, estamos sin duda llamadas a un cambio; no un cambio que arrase con todo porque ciertamente hay cosas por valorar y celebrar, y al mismo tiempo, un cambio que se libere de las trampas del quietismo, un quietismo estéril e impermeable a la creatividad social y comunitaria.
CELEBRAMOS COLOMBIA es un llamado a seguir intentando nobles ideales para no dejar inútiles algunos fracasos, un llamado a tener un sentido esperanzado de realidad sin caer en vanas Ilusiones, ya que no hay desilusión mala porque no hay ilusión buena.
CELEBREMOS COLOMBIA es invitación a que una red de personas avancemos por senderos de más y mejor democracia, cultura de personas y organizaciones socialmente competentes, una comunicación social y politica limpia y edificante, que allane el camino a que seamos comunidad de propósito como país y comunión de sentido como nación.